Nos aventuramos a imaginar que lo ligero y lo ingrávido podía ser realidad; que el diálogo entre interior y exterior podía ser una extensión de uno u otro; que el proyecto podía nacer de los intersticios, de esos espacios secundarios que se olvidan y luego no perdonan; que hacer pertenecer la pieza al lugar, reposada y comunicativa, podía establecer un diálogo entre lo urbano, el paisaje de fondo y el ciudadano; que la solidez no es incompatible con la delicadeza y la transparencia.
Hablar de la estructura es también hablar del proyecto ya que sin ella no se entendería la envolvente y su misión. La estructura como mecanismo de expresión, nace de la papiroflexia adaptándose al lugar, minimizando los puntos de apoyo, jugando con las sensaciones de recorrido, vacío y movimiento. Grandes cerchas son el patrón de lo que sucede dentro liberando aire. Las aperturas de relación con el exterior están abordadas desde el punto de vista del usuario y del recorrido solar, de esta forma utilizamos la chapa microperforada blanca para buscar, no solo el efecto de permeabilidad y continuidad, sino también de protección solar. Utilizamos un único material  con diferentes terminaciones para envolver el espacio.