Almazara Acesur Jabalquinto

Observar la naturaleza cercana dio la clave sobre cómo intervenir en este territorio para implnatar la almazara y centro de oleoturismo , un tipo de edificio que es como un organismo vivo siempre en constante acitividad.  Se evitó por completo que la intervención global pasara a ser un acto de desconexión con el entorno, ausencia de reflexión mimética o una intervención rígida, muy al contrario se buscó la integración con el lugar.

Tras analizar el entorno con topografía cóncava, con vistas muy limitadas, edificaciones industriales en varios puntos y con la autovía A-44 dominante en el lateral , el reto de integrar se hizo evidente.

La reflexión de como intervenir, en este territorio, nace en este caso de la contemplación de cómo cae la aceituna al suelo y de cómo se posicionan (algunas semienterradas, otras apoyadas, dispersas), donde lo que define su lectura son las relaciones intersticiales entre ellas, sus vacíos y las referencias volumétricas son las que motivan que surja este camino. De esta forma se proyecta desde la suma de elementos independientes que se relacionan como una aleatoriedad razonada.

Para ello se estudian las variaciones que nacen de la modulación geométrica a partir de la forma del fruto y se van relacionando de forma óptima entre uso y contenedor. Así las matrices formales que aparecen establecen hexágonos que moldean su modelado.

Utilizar un módulo, que juega con distintas alturas y que en sus variaciones defina el uso al que está destinado, ayuda a entender la implantación y la reflexión sobre la repetición orgánica. Implantar estas piezas en el terreno relacionadas por sus intersticios y vacíos muestra una decisión natural, flexible, orgánica y modular como reflejo del efecto de superposición y movimiento en referencia a ese juego infinito de arbitrariedad con el que las aceitunas se muestran al caer sobre el plano tierra.

Aparecen, tras la geometría, composición y repetición, relaciones directas a la flor del olivo con cuatro pétalos que se le ofrece al diseño de la bodega. Ubicar las piezas, generar movimiento de tierras y plantaciones en su contorno, y texturizarla mediante una envoltura completa de revestimientos ligeros de color similar al aceite de oliva convierte esta idea en un atractivo armónico e integrador.

Siendo la almazara y patio el germen del proyecto, se proyectan piezas con distintos usos que se ubican en su contorno. Aparecen piezas destinadas a instalaciones generales, oficinas y personal, bodegas y la pieza de recepción.

La actuación se muestra desde su acceso arbolado y nos recibe una plaza hexagonal ajardinada ejecutada con escollera que permite el estacionamiento de vehículos públicos y privados, así como autobuses.

Rescatar belleza de la tierra y unirlo a una producción industrial de esta importancia, ha sido un grandioso proceso en el cual todas las partes han ido un poco más allá.